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Lucio Rojas: “El cine de género no necesita excusas, necesita apoyo”

En el panorama del cine de género latinoamericano, el nombre de Lucio Rojas ocupa un lugar destacado por su audacia creativa y su férrea defensa del cine fantástico. Con títulos que han marcado un antes y un después en el terror nacional, Rojas ha sabido combinar la visión artística con la resiliencia que exige producir en un contexto adverso. En esta conversación, el director comparte su presente profesional, sus reflexiones sobre la industria chilena y su mirada hacia el futuro del género.


¿En qué estás trabajando actualmente? ¿Hay algún proyecto en desarrollo que te tenga especialmente entusiasmado?


Todo proyecto en el que me involucro, me entusiasma y pongo todo de mi para que resulte bien, sea exitoso, considerando esto como un buen recorrido en festivales y buena distribución al final del proceso. Pero indudablemente mi rol como director es el que más me motiva y lograr cualquier película en Chile, es una hazaña. Y si es de género, es una épica de gestión. Nadie nos apoya, los fondos chilenos están tomando por una cofradía que funciona como organización criminal. Entonces admiro a cualquier persona que se atreva a crear género fantástico. Siempre y cuando no pertenezca a esa cofradía, ganando fondos a dedo, siendo camarillas del gobierno de turno y bueno, los mismos de siempre.


En este momento, los últimos meses de la post producción de una película que realicé en Argentina llamada “Profanía”, es lo que más motivado me tiene. La post producción se está haciendo en Chile, España y estamos en el tramo final Tendrá su gran estreno gran durante el primer semestre 2026 y creemos que andará muy bien. Y creemos eso, porque nos quedó una película sobresaliente y aunque la recomendación venga de cerca, así es.

Y luego, trabajamos en un proyecto para filmar en el sur de Chile. Una coproducción internacional.


Como creador enfocado en el terror, ¿cómo ves la evolución del género en Chile en los últimos años?


Muy mal. Y no por falta de talento, sino por la falta de oportunidades. Sobreviven los pioneros del fantástico chileno, pero algunos de ellos no crecieron. Se quedaron ahí, no mejoraron, ni innovaron y finalmente terminan siendo figuras locales, pero sin presencia a nivel internacional, en donde salvo en festivales de amigos, son inexistentes.


Entonces, como esas personas se tienen tomado el fantástico chileno, las nuevas voces no encuentran su espacio. Menos encontrarán apoyo financiero. Entonces apuestan a cortometrajes que no tienen mayor vida y eso es triste. Pues creo que el mayor talento e imaginario creativo en el país, está en esa zona. No en el drama y sus subramas que sigue promocionándose hasta el cansancio por fondos, entidades difusoras y afines. Y pese al interés por crear cine de género, la sensación ambiente es que se está haciendo poco y nada.


¿Sientes que el cine de género chileno está ganando más respeto y espacio dentro de la industria local?


No. Es más, todo lo contrario. Se sigue despreciando. Y además veo como películas de género, no son tratadas como tal y son llevadas hacia otras zonas. Ejemplo, “Patio de Chacales”. Una película fabulosa, nos quieren llevar a convencer que es un drama (que sí, tiene elementos) cuando es una película de género hecha y derecha. La mejor película chilena de los últimos años, es esta y con distancia. Y es de género.


Pero mientras seamos muy pocos los que hacemos cine de género en el país, poco podrá hacerse para que este cambie.


¿Qué desafíos siguen existiendo en Chile para levantar una producción de terror con identidad propia y sin depender de modelos extranjeros?



Para que eso ocurriera, primero tendría que existir un apoyo desde los fondos concursables. Pero si estos fondos, siguen siendo obtenidos por personas que simplemente “ya no la hicieron” y no hay voces nuevas, nada cambiará. Y el paso siguiente, sería que tras estos apoyos se creara una suerte de “Cine de género chileno” reconocible y con características propias. Competitivo en festivales internacionales que permitiera traer inversión. Pues eso es un hecho, la inversión solo vendrá desde afuera, acá eso no ocurrirá.


Ahora, si no hay apoyo de este tipo, habría que ver si a la inversión privada le interesa, pero veo muy difícil esta opción. Al menos en el presente. Lo que sí, para los que realicen no siento que sea buena idea las leyendas locales. No veo muchas con real impacto internacional, ni siquiera local. Puede ser prejuicio, pero es la sensación que tengo.


¿Cómo ha cambiado tu manera de narrar el terror desde tus primeras películas hasta ahora?


Creo que ha cambiado mucho. Si bien siempre he dado mucha importancia a lo técnico, creo que eso ha crecido exponencialmente. Es que hay un factor clave, sin trabajar eso como prioritario, no podrás ir con tu película de bajo presupuesto a “competir” con películas de enormes presupuestos y con procesos de realización imposible de acercarnos. Entonces debemos disimular la pobreza y que la obra se vea bien. Pues a nivel internacional, a nadie le importará si te costó US 20.000 o US 2.000.000. Es buena, más o menos o mala. Y nada más que hacer.


Entonces con eso en mente, todo proyecto en el que me embarco, trato de que se vea lo más competitivo técnicamente posible. He visto un par de pelis de género chilenas que han salido en los últimos años, incluso con apoyos de fondos y es una vergüenza su nivel técnico. Eso simplemente es no trabajar y ponerle cuidado a tu obra.


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En el contexto chileno, donde muchas veces el presupuesto es acotado, ¿cómo describirías el rol del director más allá de lo artístico?


Es el que se juega la vida en cada película. Quien arriesga su dinero, su tiempo, su mente, físico, salud y su todo. Por eso cada vez que veo alguien que se aventura a tratar de sacar una película, sé que se le vienen años no solo de trabajo, sino de un desgaste. Además, que me he fijado, que la mayoría de los creadores de género nacional, provienen de clase media, o media baja. A diferencia de los otros géneros. Y se juegan todo en su cortometraje o película. Eso más allá de la romantización, es competitivamente injusto.


¿Acaso es justo que un director o directora, que trabaja en una de las productoras que manejan todo el cine chileno, solo piense en ser “genial y creativo”, pues tienen vidas resueltas, cuando el que hace cine de género, además de tratar de ser creativo, debe pagar su casa, arriendo, sus cosas, a sus hijos, su diario vivir? Hacer cine en Chile es para ricos. Y más encima se ganan los fondos para hacer películas sin ningún impacto popular y que solo sus clanes académicos conocen.


¿Qué aprendizajes has adquirido al asumir también tareas de producción?


De todo tipo. Desde hacer la logística para buscar distribución, la mejor ruta de festivales, ver formas que se puedan vender mejor las películas, etc. Es una experiencia que suma años y cada día se perfecciona más. Es agotador, pero mientras en Chile no tengamos una producción masiva de cine de género, con agentes o productores especializados, uno tendrá que seguir haciendo todo.


¿Cuál crees que es la clave para mantener la visión creativa sin comprometerla frente a las limitaciones de una producción nacional?



Hacer las películas que uno quiere ver. Esto es un temazo. Yo diría que un muy buen porcentaje de los directores y/o guionistas del país, no son felices con lo que hacen. ¿Por qué? Pues generan proyectos que sean susceptibles de ganar algún fondo nacional, que generalmente están bajo los criterios de unas pocas personas que definen en el país lo que se debe producir. Y esto es, generalmente temas de “moda” o que peguen bien con ciertas tendencias que se dan en la región o el concierto internacional. Entonces en vez de crear la “película que sueño hacer”, diseñan la “película que puede ganar fondos”. Pues creen que se suman a la tendencia y bueno, salvo unas pocas excepciones, pasan sin pena ni gloria y totalmente anónimas para el espectador promedio.


Entonces la clave es: haz lo que quieras ver. Si en el proceso resulta y se hace, todo bien. Si no, a intentarlo hasta que ocurra.


¿Cómo es tu vínculo con el equipo técnico y artístico? ¿Qué valor le das al trabajo colaborativo dentro de una obra?


El máximo que se puede dar. Las películas son un gran acto colaborativo, desde que se genera la idea, se escribe, se diseña, de pre produce, filma, post produce y distribuye. Imposible realizar una película uno solo y pese a la ordinariez, vulgaridad y mal gusto de muchos que creen eso, y se anteponen al resto del equipo, es algo que sin el resto no se puede. Y es lo lindo que tiene la actividad en donde en el caso de una película, queda para siempre y eso nadie lo borrará.



¿Qué temáticas o miedos te interesa explorar en tus próximas películas?


La verdad, diría que son varios. Pero tengo una fuerte inclinación por volver a aficiones de adolescencia, como es el misterio con monstruos incluidos. Sí, suena a películas inalcanzables para los presupuestos que se manejan en el país, pero hay el talento para lograr cosas así. Y trataremos que se concreten. El primer paso será el estreno de “Profanía” y luego, el proyecto que trabajamos en el sur del país.


Además de lo que me interesa hacer, también sé lo que no me atrae realizar en los próximos años. Y me refiero a films ultra violentos, en especial en donde la violencia sexual esté presente. Estoy muy agradecido de todo lo que pasó con “Trauma”, en todo sentido. No solamente es la primera película chilena de género de culto a nivel internacional, cuyo impacto sigue y seguirá creciendo, con nuevas ediciones, versiones extendidas y varios, sino algo que me supuso un gran aprendizaje. Pero cuando se hace tan poco cine en la región, también puede producir un encasillamiento, que a veces para conseguir nuevos proyectos, afecta. No ha sido mi caso, porque he logrado levantar nuevos proyectos, pero ha pegado en el palo.


También estrenaré “Basement Games” en unos meses más y va en una línea similar a “Trauma”. Y quedó muy bien, salvaje y violenta. Pero será la última en ese tipo, por un buen tiempo.


¿Hay géneros o formatos que te gustaría experimentar más allá del terror, como el thriller, la ciencia ficción o incluso la animación?


Sí, el thriller. De hecho el proyecto que estamos trabajando para realizar en el Sur de Chile, diría que se enmarca más en este género. Una suerte de “X Files”, con algo de mitología y con monstruos.


Sé lo que no haría. Films de terror en el espacio, que por alguna razón me cuesta un montón conectar con ellos y películas de artes marciales o de acción de “peleas”, que me parecen un aburrimiento total. Respeto su popularidad, pero no me veo en eso. Quizás en ciencia ficción sí, pero no por ahora. Cuesta tanto hacer films acá que en cinco años, con suerte se podrá levantar uno o dos proyectos. Entonces mejor pensar desde lo realista, que lo optimista.


¿Cómo ha sido la coproducción internacional y alianzas fuera de Chile ?


Ha tenido de dulce y de agraz. Alianzas que han resultado bien, han sido cumplidores y confiables y las del otro tipo. Pero lo peor, de lo pero en este rubro son las agencias que te llevan las películas. Hasta el momento ninguna con las que he trabajado, han sido un acierto. O me han robado a manos llenas o a una mano. Pero me han robado de una u otra forma, desde no darte informes, inflar montos, no informar ventas, salir con precios extraños de servicios y largo etc.

Cuando más redituable nos han resultado los films, es cuando nos hemos preocupado nosotros mismos de su distribución. Así de simple.


Por lo tanto, consejo al lector que tiene su cortometraje o su película independiente que desea distribuir: Vea bien lo que le ofrecen, consulte a quiénes les llevan películas y no se entregue tan fácil.


¿Cómo ves el futuro del cine chileno en los próximos 10 años y qué lugar crees que ocupará el terror en ese escenario?


Igual que en los últimos 10 años. Con las agencias que “promueven” el cine chileno diciendo que nuestro cine la está “llevando” y no, no está ocurriendo eso. Las principales productoras de acá, incluso la más grande de todas (aunque un poco menos esta) son Estado dependientes. O fonos dependientes. Les da lo mismo que la película cuesta 100 y en ventas tenga 20. Total, ya cobraron y muy bien. Jamás apuestan y cuando no hay apuesta, no ha riesgo. Y si no hay riesgo, se generan obras sin pasión que no impactan.


Por eso es importante que aparezcan más cortometrajes o films de género. No importa que al principio sea deficiente o no tan acabado, realizando se aprende. Es la única forma y luego vendrá mejor oficio y un trabajo más profesional. Pero es el único camino.


¿Qué le dirías hoy a un joven director o directora que quiere hacer terror en Chile, pero no sabe por dónde empezar?


Júntese a su grupo de amigos de gustos afines. Esto es muy importante, no sumar ni cast, ni crew que no le guste el género, pues simplemente será un cacho en el presente o futuro. Comiencen con cortometraje, luego otro y otro. No tantos tampoco. Y se lanzan a una película, con lo que tenga, con lo que hay y con los que estén. Créanme, aunque después haga una película de millones, ese recuerdo será imborrable y más que en ese momento, no aprenderá.

Pero empiece. La vida se pasa rápido y no tiene mucho que perder, pero sí mucho que ganar. Y para eso bueno también, que existan festivales como Santiago Horror, que permitirá a quienes hagan sus primeras obras, tener la oportunidad de mostrar sus obras y someterlas al escrutinio público.


La voz de Lucio es tan directa como apasionada. Entre críticas al sistema de financiamiento, anécdotas de producción y sueños por materializar, reafirma la convicción de que el cine de género chileno necesita nuevas oportunidades y mayor apertura para crecer. Su trayectoria y determinación son testimonio de que, incluso en escenarios complejos, la perseverancia y la autenticidad creativa siguen siendo las mejores herramientas para abrir camino.



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