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¿La supuesta caída de la “Scream Queen” o un nuevo giro en el cine de terror?

Por Jaime Coloma


Dentro de la construcción de relato clásico de una película de terror está por supuesto la incorporación de la damisela en peligro la “Scream Queen”.

Éste arquetipo cinematográfico ha sido históricamente indispensable en cómo, los espectadores, hemos ido construyendo la idea romántica de una delicada mujer, como posible víctima del monstruo de turno, sea éste un tiburón blanco, un vampiro, hombre lobo o un tipo muy feo, y con un guante de dedos de navaja.


De alguna manera la idea de una fémina viviendo una situación de riesgo genera una cierta disposición por parte de la audiencia que hace que la cinta que vemos tenga aspectos tremendamente atractivos. Sin embargo esa joven virginal o no tanto va en franca retirada y da, de manera clara, un paso al costado para abrir la puerta a un nuevo estereotipo de heroína vinculado mucho más fuertemente a mujeres empoderadas que van a la par del cliché del héroe masculino.


Quizás la primera que estableció esa nueva mirada fue la tripulante del Nostromo Ellen Ripley, quien ocupaba el cargo de suboficial en la nave.


El personaje interpretado por Sigourney Weaver fue revolucionario pues rompió justamente los clásicos roles de género presentados en los filmes de terror. La joven asustada, con gran capacidad aeróbica ocupada en correr, sufriendo fuertes golpes adrenalínicos que le permiten defenderse dieron paso a las mismas capacidades, pero esta vez para confrontar al depredador y pelear con él prácticamente de igual a igual.




Resulta interesante observar como el género de terror y la ciencia ficción van incorporando en sus relatos una nueva mirada social respecto a los personajes que componen las historias en que basan sus narraciones cinematográficas.


Es así como nos enfrentamos a una nueva construcción de lo femenino en las películas de terror y pasamos de observar ciertos clichés como que la mala, híper sexuada y más bien díscola merece morir a aspectos narrativos donde esos elemento no necesariamente inciden en cómo se establece la historia propuesta. Efectivamente el género del terror ha ido cambiando y quienes componen y construyen el imaginario desarrollado en sus múltiples historias van variando y, en algunos aspectos, adelantándose a la época en que se desarrollaron.


Hoy por hoy la otrora “Femme Fatale” es leída como una mujer empoderada que sabe lo que quiere y, muy distante a su fin en el cine negro o el Thriller de los 40’s y 50´s establece una mirada bastante más benevolente respecto su futuro en el mundo – generalmente en las películas de esas décadas moría, quedaba sola y/o se volvía loca -.





¿Por qué resultan importantes estas nuevas miradas de los personajes en esas películas que tanto nos gustan, las de terror?


Fundamentalmente porque van estableciendo una nueva mirada del género y una nueva construcción de la realidad a partir de la estructuración psicológica de los personajes en cuestión. No es que necesariamente el perfil emocional del personaje tenga dimensiones muy complejas – sin duda que puede tenerlas -, sin embargo la percepción que hacemos de él nos dimensiona a nosotros como receptores y esa si es una jugada interesante en el vínculo que hacemos con el filme en cuestión. Nos identificamos o identificamos características que nos gustan o no y establecemos finalmente aspectos nutritivos respecto a eso que observamos. Construimos un mundo particular y privado a partir de ese fenómeno perceptual emotivo donde generamos una dimensión propia de la realidad desde esos caracteres que vemos pulular por la pantalla grande o chica.



Si antes nos emocionaba la idea de ver a la protagonista sucumbir ante un malhechor fantasmagórico o paranormal hoy nos gusta que ella se le enfrente y venza y esto, aunque cueste creerlo es definitivamente una nueva dimensión del cómo vemos al género femenino hoy en día.


Para terminar quiero dejar en claro que no estoy bajo ningún punto de vista en contra de la damisela en peligro, sólo me parece que lo importante hoy es entender que así como antes sólo se veía una única posibilidad de ser en una cinta de horror, ese espectro se ha ampliado a niveles increíbles. Otra gran gracia de la creatividad artística, que es infinita.


¡¡¡Bienvenidas entonces todas, las en peligro que hay que rescatar y las que nos rescatan a nosotros!!!


por Jaime Coloma

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