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Contra el realismo obligado: el manifiesto fantástico de Álvaro Pruneda


Pruneda pertenece a esa generación que creció entre bicicletas polvorientas, VHS rebobinados hasta el cansancio y televisores que parecían susurrar desde el más allá. Su cine es un cruce entre Spielberg y Kubrick, donde cada historia revela realidades fantásticas que se entrelazan con lo cotidiano


En esta entrevista, conversamos sobre su camino, sus influencias, su visión crítica sobre el cine chileno y la pasión inquebrantable por contar historias desde el lado B de la realidad.


Para quienes aún no conocen tu trabajo, ¿Cómo definirías tu cine y qué temas te interesan explorar como director y guionista?


Pues soy Alvaro Pruneda, chileno 44 años, un niño de los 80tas que pasaba sus tardes jugando a la pelota en la calle, andando en bicicleta, dibujando y viendo Los Cazafantasmas, Los Gremlins, Star Wars, Volver al Futuro y The Shining. Entonces si tuviésemos que definir qué me gusta explorar como director y guionista, yo diría que es un poco de todo eso: la fantasía, el horror, las historias un poco imposibles, lo inesperado. El lado B de la vida, ese que aparece en las historias de terror en una fogata, en el mito de la casa del campo que dicen que está embrujada, o esa habitación al fondo de la casa donde dicen que penan. Cosas fantásticas, pero que están ahí en el cotidiano.


¿Cómo comenzó tu interés por el cine de género y qué te motivó a enfocarte en el suspenso, el horror y la ciencia ficción?


Comenzó pasándolo muy bien con películas como Los Cazafantasmas, me parecía muy cool tener un equipamiento para atrapar fantasmas, y no me asustaba a pesar de que habían algunos fantasmas bastante horrendos, como la bibliotecaria de la primera escena de dicha película, sin embargo fue una seguidilla de dos películas que yo diría fueron las que me marcaron y me hicieron fascinarme con el terror: la primera fue Poltergeist, con sus efectos prácticos y esa incomodidad de tener una tele prendida con ruido de estática en ella (algo que vivía a diario) y la segunda, y que fue el punto de quiebre y definición, fue El Resplandor, de Stanley Kubrick. Este niño de 10 años se fascinaba con un terror un poco más inteligente y no tan efectista. Eso me voló la cabeza y me dejó pensando y dándole vueltas: esto es lo que me encantaría hacer.


Tu cortometraje The Callback ha tenido una destacada presencia internacional, incluyendo Cannes. ¿Cómo ha sido para ti esta experiencia y qué impacto crees que tiene para el cine chileno independiente?


Hemos tenido la fortuna de poder presentar “The Callback” en ya algunos festivales internacionales y precisamente el Cannes 7th Art Awards, que es un festival de cine indie que sucede en el Marche du Film del Festival de cine de Cannes (que todos conocemos) ya lo galardonó con el primer lugar a corto del año 2025. Esa experiencia ha sido sumamente enriquecedora, porque más allá del galardón, la alfombra roja, el glamour de Cannes, el premio también consiste en asistir al Marche du Film y ser parte de conferencias, charlas, workshops y un importante networking. Eso yo creo que es lo más importante. Además es muy interesante poder ver el trabajo de otros cineastas independientes de todo el mundo. Competimos de igual a igual con Italia, Alemania, Francia, Ucrania, Brasil, y nos llevamos el primer lugar. Esto es sumamente importante para el cine chileno independiente, nos pone en el ojo de otros cineastas, lleva la atención hacia este lado del planeta, y si nosotros pudimos estar, cualquiera que se lo proponga y haga un buen trabajo, también lo podría intentar. Cannes 7th Art Awards es un festival muy acogedor, muy abierto a todo tipo de propuestas, y te pone en la meca del cine por al menos, unos días.

Tu obra ha abordado distintos géneros: ciencia ficción, suspenso, sátira social. ¿Qué te atrae particularmente del cine de género y qué espacio crees que ocupa hoy en la cinematografía chilena?


El cine de género es, para mí, sumamente importante. Es una alternativa totalmente válida para ofrecer otros puntos de vista narrativos que se alejen de lo que nuestro cine (el chileno al menos) suele entregarnos. Yo, la verdad, no se si el suspenso, el horror, el terror, la ciencia ficción esta súper presente en la cartelera chilena, lo que sí creo es que cada vez está más presente, y es súper necesario ampliar las temáticas y los géneros. Al parecer en Chile no se conoce nada más que el drama, con fondos políticos, sociales, LGBTQ etc. A mi, francamente, eso me aburre. Es como “ahhh déjame adivinar! Otra película de la dictadura!” En serio… ¿nadie se la quiere jugar por algo diferente? Por favor, que el cine de género ocupe más espacios.


Has participado en varios festivales de cine de género en Latinoamérica. ¿Qué opinas del crecimiento y consolidación de estos espacios? ¿Sientes que han ganado un rol relevante en el ecosistema audiovisual de la región?


En este género nos gana Argentina, nos gana México, nos ganan los gringos. Yo navego las plataformas de festivales buscando competencias de género en Latinoamérica, y la verdad es que hay pocas. Si bien es cierto han aparecido instancias, siento que deberían haber más. También tengo la sensación de que los festivales como el SHFF, o Terror en La Bahía, de Viña, van abriendo espacios, van consolidándose y van repartiendo la inquietud. Eso me gusta mucho. Hay que hacer comunidad, hay que apoyarnos mutuamente y seguir dándole. Estamos creciendo, pero hay que crecer más.


Desde Causto hasta The Callback, tu cine mantiene una identidad visual y autoral muy marcada. ¿Cómo describirías tu estilo y tus influencias principales?


En efecto, yo creo que si mezcláramos a Spielberg, Zemeckiz, Reitman, Kubrick, Lucas, los metiéramos en una juguera, decantáramos el zumo, y a ese raspado le pusiéramos un par de gotas de Shyamalan y Ari Aster, podríamos decir que esta mi estilo. Yo intento que sea propio, desde luego, y creo que hay una forma en la que hago mi cine que ya tiene un carácter (pero que no sabría definir bien aun) pero esta muy influenciado por estos personajes. Me encanta la cámara contemplativa, los dollies lentos, la fotografía hermosa pero simple. Me gusta también la simpleza, menos es más, si todo se puede resolver en uno o dos planos, bienvenido sea.


¿Qué estás desarrollando actualmente? ¿Hay nuevos cortos o algún largometraje en preparación que puedas adelantarnos?


Estoy abocado a 3 proyectos en desarrollo. El primero es un largometraje antológico junto a Luis Pizarro y Diego Leani de horror folk, juntando 3 mitos y leyendas chilenas. Deberíamos filmar mi parte ahora en agosto y concretar este largometraje por octubre. Eso está en marcha. El segundo es un cortometraje que pretende continuar la ruta de los festivales que ya llevamos 3 años andando y que nos debería seguir posicionando en diferentes lugares el 2026. Es un corto que vuelve a las raíces del horror puro, y que estamos aun en fase de preproducción. Queremos agendarnos a una super estrella internacional ojalá. Y el tercero es un largometraje, el cual aun no está escrito, pero si ya está la idea, y que pretende ser el broche de oro de estas rutas festivaleras que hemos transitado. Un largometraje que cierre el ciclo de habernos posicionado primero, y consolidado después.


¿Qué aprendizajes clave te ha dejado tu recorrido como cineasta independiente en Chile? ¿Qué consejo le darías a quienes están comenzando en el género?


El aprendizaje y el consejo son súper parecidos. PERSEVERANCIA, ASOCIATIVIDAD, ORIGINALIDAD.


Perseverancia: esta no es una carrera de velocidad, es una carrera de resistencia. Yo llevo haciendo cortometrajes desde el 2008. Recién he visto resultados potentes los últimos dos años.


Asociatividad: no se puede llegar muy lejos corriendo solo. Intenten ser parte de comunidades, vayan a festivales, conozcan gente de todos los rubros. Siempre habrá algunos locos lindos que quieran juntarse a hacer algo. La unión hace la fuerza.


Originalidad: no trates de copiarle a alguien, no trates de repetir una fórmula. Toma lo que te gusta, prueba, filma, equivócate, insiste, e irás encontrando tu propia voz, tu propio estilo, y eso te dará un sello original. Eso quiere el público, ver cosas únicas y nuevas.


¿Qué opinas sobre el impacto que tienen las plataformas de streaming en la distribución y visibilidad del cine de género chileno y latinoamericano?


Creo que son súper necesarias, pero a la vez son un arma de doble filo para los nostálgicos que nos gusta el cine. A mi me encantaría que todos los cineastas independientes tuvieran la oportunidad de optar a las salas de cine, proyectar y ver su trabajo en la gran pantalla y ser parte del rito de la comunión de ver una película en el cine. Pero ese rito va de salida, y el streaming es la nueva linda de la fiesta. Creo que hay que abrazarla, porque democratiza bastante la visibilidad. Y no estoy hablando del monopolio de las major, como Neflix, Disney o Amazon, si no que estoy hablando de plataformas locales como Ondamedia, que están abiertas a recibir trabajo independiente y masificarlas. Hay que buscar esas alternativas.

¿Crees que el cine de género tiene el potencial de influir en la cultura popular y en la percepción social sobre temas como la identidad, la memoria y la realidad?


Es una respuesta compleja, ya que la identidad y la memoria están súper manoseadas por la agenda política (una parte del espectro político al menos) y eso me da una paja tremenda. Yo disfruto de un cine de género que nos saca de la realidad, nos saca de los problemas del día a día, nos genera emociones fuertes, nos asusta, nos excita, y que ojalá nos deje con reflexiones más bien internas, más de nuestra propia visión del mundo y no de la que una agenda política nos quiera imponer.


¿Identidad? Puede ser. Tal vez sería lindo ahondar en el folclore, en las historias del campo, en los mitos urbanos chilenos, en la propia crónica policial roja, tal vez. ¿Memoria? No lo creo.

¿Realidad? Ojalá el cine de género nos saque de la realidad, nos haga visitar lugares fantásticos u horrores en el control de nuestra butaca. El cine de género, al menos para mi, es una excelente oportunidad para remecerte, y brindarte las fantasías que el día a día suelen opacar con deudas, delincuencia o peleas de políticos flaites.


Con identidad y convicción, Álvaro Pruneda demuestra que el cine de género en Chile no solo es posible, sino necesario. Su obra traza un camino propio, entre mitos, festivales y nuevas historias por contar.


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