“El horror tiene rostro” (Coronel KURTZ)
Pocas películas me han estremecido hasta lo más profunde de mi ser como ¡APOCALIPSIS NOW!”. Hay tanto por describir, tanta enseñanza junta, tantas cosas a debatir, que no puedo sino ir poco a poco avanzando en diferentes escenas que me marcaron. Una de esa es precisamente la filmada de MARLON BRANDO interpretando al CORONEL KURTZ, momento en que en la sala de cine se tornaba un verdadero cementerio, no volaba ni una mosca y en la butacas, los que observábamos entrabamos en trance con sus palabras mezcladas con el ambiente y la poca iluminación.
MARLON BRANDO apareció con 130 kilos en set para filmar (a pesar de que el guion describía a al coronel KURTZ como una criatura mitológica y atlética) sin aprenderse el guion y sin ninguna intención de compartir escena con su colega DENNIS HOPPER (quien, para construir su personaje, había pedido 25 gramos de cocaína que salieron del presupuesto de la producción), por lo que la escena en la que BRANDO le tira fruta a HOPPER se filmó en dos días distintos. El primer día se grabó a BRANDO arrojando la fruta y diciéndole a HOPPER que se callara y el segundo día le explicaron a HOPPER qué había pasado el día anterior y que simulara que le arrojaban dicha fruta. Pero BRANDO tenía también toda la intención de cobrar su sueldo de tres millones de dólares por tres semanas y negándose a darle más tiempo a COPPOLA para terminar el final de la película.
BRANDO pasó la mayor parte del tiempo discutiendo y eventualmente improvisando cada escena. Incluso antes de siquiera llegar a Filipinas donde se grababa, amenazó a COPPOLA de que no solo no le daba el tiempo extra para el final, sino que se salía de la película misma. El director ya le había pagado la mitad del salario por adelantado (1,5 millones).
COPPOLA tuvo que posponer el rodaje otra semana más para leerle en voz alta los diálogos a BRANDO y preparar juntos las escenas. El director dejó que la estrella improvisara las reflexiones filosóficas, bélicas y filántropas en un monólogo de 18 minutos rodado entre sombras a petición del actor, que no quería que su envergadura física distrajese a los espectadores.
(Todos nos impresionamos al verlo como había cambiado, ya que teníamos la visión de él como uno de los grandes seductores y actores de nuestro tiempo).
El mismo COPPOLA llegó a ponerle a BRANDO un audífono para ir recitándole sus frases.
Un día, BRANDO le indicó a COPPOLA que ya le había utilizado lo suficiente y que si quería más escenas que contratase a otro. Se levantó y se marchó no volviendo a aparecer por el rodaje.
BRANDO, hasta su último día de vida (murió en 2004), reclamó que COPPOLA era “un gordo cabrón” que le debía más de dos millones de dólares.
En la construcción del personaje del Coronel KURTZ podemos encontrar aspectos nihilistas tanto pasivos como activos. Veamos.
Pasivos porque KURTZ no cree en ningún valor, está desesperado además de pidiendo a gritos que lo maten, y no le importa morir, pues lo ha perdido todo. Decir “Tienes derecho a matarme” es una invitación al suicidio.
Activos ya que para KURTZ todos los valores o creencias dominantes a su alrededor son una verdadera nada y plantea la destrucción de todo eso. Por eso escribió que había que arrojar la bomba y exterminar a todos, para que todo acabase y luego empezar de cero. Además, menciona que si tuviera un ejército de hombres con una moral que no se cuestionasen nada, que no juzgaran si lo que hacían era correcto o no y solamente obedecieran serían “superhombres” invencibles y los problemas se resolverían en el acto.
KURTZ hace una transmutación de todos sus valores a partir de la confrontación bélica. Él se consideraba “bueno” porque estaba luchando contra los vietnamitas, lo que le habían mandado, pero después se dio cuenta de que él no era tan bueno, pues a quién está masacrando es una población indefensa, por ello abandona su misión. KURTZ reflexiona que está siendo manipulado para hacer cosas en contra de su concepción de bueno y malo. Él es militar y lo están convirtiendo, no en un militar valiente y abnegado, sino en un asesino.
KURTZ tiene remordimientos, y es a causa de esto que abandona la Guerra, pues se da cuenta que está yendo en contra de los valores que un día había defendido.
Extractos de las reflexiones del CORONEL KURTZ:
“He visto el horror… horrores que tú no has visto. Pero no tienes el derecho a llamarme asesino. Tienes derecho a matarme.
"Tienes derecho a hacerlo… pero no tienes derecho a juzgarme. Es imposible describir el horror en palabras a aquellos que no saben lo que verdaderamente significa. Horror, horror. El horror tiene una cara… y tú debes hacer del horror tu amigo."
"Horror y terror mortal son tus amigos. Si ellos no lo son, entonces son tus enemigos, a los que debes temer. Son en verdad tus enemigos."
Recuerdo cuando estaba con las fuerzas especiales. Parece que han pasado siglos. Nos internamos en un campamento a inocular niños. Dejamos el campamento después de haber inoculado a los niños de polio y un hombre viejo vino corriendo hacia nosotros. Estaba llorando, no podía ver. Volvimos allí y ellos habían llegado y… habían amputado cada brazo inoculado. Estaban en un montón. Un montón de pequeños brazos. Y recuerdo… yo… yo lloré. Lloré como una abuela. Quería arrancarme los dientes. No supe qué quería hacer. Y quiero recordarlo; nunca quiero olvidarlo. Nunca quiero olvidar. Y entonces me di cuenta… como si me hubiesen disparado… como si me hubiesen disparado con un diamante… una bala de diamante justo en mi frente. Y pensé: Dios mío… el genio de esto. El genio. El deseo de hacer esto. Perfecto, genuino, completo, cristalino, puro. Y entonces me di cuenta de que eran más fuertes que nosotros, porque ellos podían soportar eso… ellos no eran unos monstruos. Eran hombres… oficiales entrenados. Estos hombres que luchaban con sus corazones, que tenían familias, que tenían hijos, que estaban llenos de amor… pero tenían la fortaleza… la fortaleza… para hacer eso.
Si yo hubiese tenido diez divisiones de estos hombres, entonces nuestros problemas hubiesen terminado rápidamente.
Tienes que tener hombres que tengan moral… y al mismo tiempo que sean capaces de utilizar sus instintos para matar sin sentimentalismos… sin pasión… sin juzgar… sin juzgar.
Porque es el juzgar lo que nos derrota.”
Por Yanko Tolic
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